No era usted tan hermosa hasta que le mire en persona y observe que no era perfecta, ahora la distancia mas que kilómetros son años, asi que si nos separa millones de metros, nos aleja millones de meses. Millones de brazos y millones de besos se entrelazan mientras simplemente puedo soñar con volver a observarle.
Debore todo lo que se puede devorar, sin importar el sabor o textura, llega un punto donde la paciencia deambula por un sitio peligros que le lleva a la indiferencia, pero no del puente de su cuello al hombro, jamás encontraría indiferencia a su piel desnuda, es imposible seguir conteniendo el impulso, la tolerancia se vuelve nula y antes de despojar de su carne un fragmento cuando vuelva a contemplar su presencia, deboro todo lo posible, dede mis penas y manías hasta una simple tarta de estiércol.
Me volvi el demonio, pero estoy en arrepentimiento constantemente, deseó arrebatarle de eso brazos noble y amistosos, para depositarlo en mi miseria, mi frío, mi letras, mis ideas desordenada sobre el amor, del cual juré jamás escribir hasta que entendi, se acumulaban tantas letras en mi pecho que amenazaban por ahogarme.